martes, 21 de abril de 2009

Bases productivas de la economía colonial venezolana. Evolución desde el siglo XVI hasta el XVIII.

Bases productivas de la economía colonial venezolana. Evolución desde el siglo XVI hasta el XVIII.

Siglos XVI-XVIII

La agricultura en la antigua gobernación de Venezuela se desarrolló a partir de los productos indígenas que hallaron en estas tierras los primeros pobladores españoles. El principal, por ser el más común y de mayor abundancia, el maíz, que constituyó la base de la alimentación no sólo de los nativos, sino de los mismos europeos qu

La economía agrícola colonial americana y en este caso la de Venezuela, tuvo su principal fundamento en las especies aborígenes, que constituyeron el más valioso aporte a la civilización occidental, además del efecto motor de las grandes remesas de metales preciosos que aceleraron la actividad mercantil y en particular la economía monetaria.
Otros cultivos foráneos, entre ellos el café, llegaron a Venezuela y en general a América muy tarde, correspondiendo su desarrollo mercantil a la segunda mitad de ese siglo. El añil fue introducido también en las postrimerías del régimen español y tuvo una vida precaria y corta por el advenimiento del colorante químico. No sucedió lo mismo con los cultivos frutales, en los que se advierte la más apreciable contribución de España y de otras culturas europeas. En las relaciones geográficas de mediados del siglo XVI, se citan como frutas nativas, el aguacate, la guayaba, mamones, la guama, la piña, guanábana y uvas de la mar; l

el fruto más importante y sobre el cual se fundó toda la economía colonial venezolana, fue el cacao (Theobroma) que según diferentes testimonios, siendo oriundo de América, existió silvestre en algunas regiones de Venezuela. Los primeros pobladores españoles encontraron abundantes arboledas en la región de Mérida, cuyos aborígenes extraían del grano aceite para encender lámparas votivas en homenaje a sus dioses, atribuyéndole también cualidades medicinales; pero también preparaban la conocida infusión que tomaban endulzándola con miel de abeja

650 dominaba casi absolutamente el cacao con el 78,5%, siguiéndole los cueros con el 19,1%. Los demás productos habían desaparecido; sólo quedaba el tabaco, apenas, el 0,4%; la zarzaparrilla, el 1,5% y un poco de harina de trigo, el 0,1%. Al finalizar el siglo XVIII ya era firme la posición del café que disputaba al cacao el primer lugar, y

Siglo XIX
Durante este siglo, la agricultura venezolana reafirmó rasgos que ya se advertían desde la segunda mitad del siglo XVIII, entre los cuales cabe destacar: la vocación monoproductora, su orientación predominante hacia el mercado externo y su dependencia de éste, así como las dificultades para mantener rendimientos crecientes. Circunscrito a un ámbito geográfico de escasas proporciones en relación con la disponibilidad de tierras, para la primera década del siglo XIX la agroexportación afianzó su predominio en el cuadro de la producción, bajo el liderazgo del cacao y con la participación de otros bienes, como el tabaco, el café, el añil y los cueros de res. Con la desorganización de la base productiva como consecuencia de la Guerra de Independencia, esta expansión se frenó y la agricultura entró en una situación de estancamiento de difícil y lenta superación hasta los años de 1870, cuando, al atenuarse los factores críticos, se produjo una nueva expansión de la producción que mantuvo su impulso hasta el cierre del siglo. Aunque al redefinirse la agroexportación, esta vez bajo el predominio del café, se amplió la frontera agrícola, la persistencia de la carencia de capitales y de la escasez de mano de obra contribuyeron a mantener sin muchos cambios las formas de producción. El latifundio se consolidó como el patrón fundamental de organización del espacio agrario, pese a que la producción familiar amplió su alcance geográfico y su importancia en la actividad para el mercado externo.

La producción en la primera década:
Entre 1800 y 1810, el cultivo del cacao continuaba en ascenso alcanzando mayor importancia en la provincia de Caracas, seguido muy de lejos por las de Maracaibo y Barcelona y finalmente por la de Cumaná·, de incorporación tardía. Alejandro de Humboldt estimaba que durante el período 1800-1806 la producción de cacao de la capitanía general de Venezuela era de 193.000 fanegas, a la cual las provincias contribuían en 77, 10, y 2% respectivamente. El cacao superaba con mucha distancia a otros bienes de exportación que, incorporados en un momento más reciente, parecían abrir mejores opciones frente a las desventajas que presentaba dicho producto. A juicio del mismo Humboldt, los problemas residían en la rápida descomposición del fruto y las dificultades para almacenarlo más allá de un cierto tiempo, así como al largo período entre siembra y cosecha.
Otros productos, el añil, algodón y el café
En la década siguiente, el café comenzó a cobrar significación favorecido por ciertas medidas de liberación de su comercio. Su mayor rentabilidad comparada con la del cacao y su adaptación a tierras hasta el momento sin valor económico, contribuyeron a difundir rápidamente su cultivo en los valles de Caracas y Aragua,

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